viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
Preparandonos para viajar en el tiempo
reíros si queréis, llevamos 365 días (día arriba, día abajo) preparándonos para ello.
Consecuencias del All The Week (III)
Consecuencias del All The Week 2.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
martes, 28 de diciembre de 2010
All The Week: Día 2.
Alguien tenía que hacerlo: ALL THE WEEK, día 1. Visión moderna.
lunes, 27 de diciembre de 2010
Preocupante consecuencia del all the week
Unas ganas irrefrenables de cerveza se apoderan de la moderna mientras estudia historia. Nada que alegar al respecto.
Que é iso que soa aló enrriba?
Podéis creer al abajo firmante o no, pero os digo que en el trastero de mi abuela hay un zombi. Oh, no, cómo es posible, dirán unos; el tío del pijama de pingüinos se ha vuelto (aún más si cabe) loco, dirán otros; es cosa de las setas, comentarán los más originales.
Esto ocurrió en tiempos en los cuales aún no sabía de la existencia de mis dos queridas compañeras de desventuras. No pocas veces el menda se ha quedado a dormitar en casa de su abuela, en la aldea de Pedroso (Narón, por favor, no el Pedroso de Santiago). La casa, un típico hogar de campo gallego, lleva en pie desde los albores del siglo pasado, 1920, creo recordar. Ha sufrido reformas en varias ocasiones, pues se le ha añadido un garaje, arreglado la cocina y albañilerías variadas, vamos.
Pero el trastero jamás se tocó, por lo menos hasta hace cinco años. Ahora si, hoy en día el bendito desván es un primor, con ropa tendida, madera nuevecita en el suelo, libre de carcoma, e incluso un par de taburetes por si a alguien se le mete en la quijotera la sublime idea de hacerse un tiempecillo allí arriba. Pero hace cinco años las cosas eran distintas. Se daba el infortunio de que mi cuarto cuadraba exactamente enfrente de las escaleras del trastero y la puerta del habitáculo en el cual me hallaba no cerraba convenientemente, teniendo la desagradable manía de abrirse por si misma cada cierto tiempo. Y, amigos míos, no veáis lo que acojonaba estar de noche allí, intentado conciliar el sueño plácidamente, y que la puerta de las narices se abriese sola. Y eso no era lo único, lo peor es que en el desván había ruidos. Y no eran ruidos normales. Pasos, crujidos, arañazos y diversos indicios de vida animada eran el pan de cada noche en esa casa. Recuerdo el día en que por algún extraño motivo, los cuantiosos gorriones que gustaban de anidar entre los huecos del tejado, dejaron de hacerlo para siempre, y no era por el gato, pues el pobre minino jamás subía al trastero de marras.
Conclusión, clara y concisa, sin peligro de equivocación ni posibilidad de rectifique, había un zombi. Probablemente un tío perdido, un primo o quizás mi abuelo desaparecido hace cincuenta años, que nadie sabe en teoría donde se halla, pero allí había un zombi. ¿Cómo se infectó? Lo ignoro. Lógicamente hubo de ser exterminado cuando hicieron los arreglillos desvaniles, por llamarlos de algún modo. Tal vez la abuela de uno sea en realidad una experta en no muertos, tal vez sea ella la verdadera escritora del libro de supervivencia contra zombis. Nunca lo sabremos.
domingo, 26 de diciembre de 2010
Bastos lo sabía...
All The Week...
viernes, 24 de diciembre de 2010
El hombre de las setas con collar de macarrones: Parte I, El comienzo
El comienzo...
Todo empezó con una peli. Una peli llena de confetti, matasuegras, más confetti, gorros de cumpleaños, más confetti, alcohol, más confetti… Empezó con la peli y continuó con TNT y unos bocks; Avante solo para nosotros; bocata de lomo y queso con la compañía del hombre de las setas (al que conocimos ese día),las 50 flexiones de H en plena calle, la nieve y finalizando en Tarasca, con los dos chupitos de Jack Daniels que me harían ver teletubbies metaleros.
La noche acabó donde empezó, en mi habitación, hecha una mierda, con debates a gritos a las 5:24 de la mañana acerca del asesinato de Kurt Cobain (si, asesinato, no suicidio). Y así, durmiendo en posición fetal en una cama de 1’05 con edredón de patitos y sábanas de monstruos, fue el inicio de los tres mosqueperros. Me congratulo de ser, en sus inicios, el nexo de unión de este grupo, ya que, ¿como si no se habrían conocido dos personas tan antisociales?
Y así con la promesa de una tarta de chocolate, con la que empezaría el All The Week que casi nos mata, nos despedimos, ignorantes de la que se nos iba a caer encima a causa de una promesa en estado de ebriedad.
jueves, 23 de diciembre de 2010
Nos sobran los motivos
No es que las últimas cinco horas puedan ser consideradas de especialmente memorables, no por lo menos si excluímos un colacao con magdalenas de madrugada y un poco antes en el tiempo, Los Viajes Legendarios de Hércules (si, aquella mítica serie en la que Kevin Sorbo se paseaba con aquellos pantalones de cuero trenzado por escenarios y situaciones totalmente anacrónicos, picándose, si me permitís el vocablo, a la bella y amenazante Xena, sueño erótico de cualquier jovencito que halla crecido viendo la 2 por las tardes).
Lógicamente las aventuras del semidiós deben acompañarse convenientemente con chocolateados variados, que mezclamos después con una pequeña dosis de Metallica, Barón Rojo y cerveza de grifo (con inestimable escolta de parte del gran Miguel Piñeiro) rodeados de murales tolkenianos, salpimentado con una pizca de Star Wars y rock sesentero (en un planeta del borde exterior de la galaxia) y de postre, algo de zorza con mala compañía.
Discúlpenme, inexistentes lectores, si no comento aún nada sobre gatos, ataques zombies, espárragos trigueros o demás ingredientes lamentables del coctel que nos atañerá a partir de ahora, pero consideremos esto como una mera segunda introducción sin más motivo aparente que ocupar espacio.
"Vaz" y amor